El código de vestimenta en las empresas ha cambiado notablemente en los últimos años. Mientras antes era algo más restrictivo, hoy se permite mayor libertad y creatividad a los trabajadores. Eso sí, siempre hay que tener en cuenta unas líneas generales y una dependencia con el sector de trabajo, pues la imagen corporativa depende en parte del vestuario de los trabajadores.
En este artículo, se detallarán los diferentes elementos que contribuyen a la creación de una imagen de marca. Entre ellos, destaca en parte el código de vestimenta, que es una de las claves para mostrar si la empresa es seria, innovadora, creativa o formal, entre otras características.
¿Qué elementos contribuyen a la creación de la imagen de marca?
La imagen corporativa de cada empresa está influenciada por numerosos factores de los que hay que tener conocimiento previo para poder sacar partido. A continuación, se detallan algunos de los elementos más significativos en este sentido:
- Nombre de la marca. Antes de crear una nueva marca, debería dedicarse un tiempo prudencial para establecer el mejor nombre. Este debería ser sencillo de recordar, fácil de pronunciar en varios idiomas e, idealmente, tener algo que ver con la historia de la empresa y sus inicios. Por ejemplo, si se va a realizar una marca de boinas inspiradas en París, sería interesante que el nombre fuera una palabra francesa o bien algo que recordara esa inspiración.
- Logotipo y colores corporativos . Al igual que en el caso de la marca, el logotipo debería ser reconocible y dar una idea de la historia que hay detrás o del producto estrella que se quiere promocionar. En cuanto a los colores, es algo muy interesante que ayudará a crear una línea de uniformidad tanto en los productos y servicios como en la comunicación en redes sociales y la publicidad en cualquier otro medio. Así mismo, estos colores pueden definir el sector o los valores a los que se encamina la marca. El verde indica conciencia medioambiental, el rojo pasión o prohibición, el azul es frecuente en medios de transporte aéreos, etc.
- Vestuario de los trabajadores. Especialmente en las empresas en las que hay trato directo con el cliente, la vestimenta de los empleados tiene mucho que decir sobre la imagen corporativa. Por ello, aunque se comentará más adelante, se recomienda conseguir una uniformidad que esté en consonancia con los intereses de la marca, pero también con la comodidad del empleado.
- Eslogan. No todas las marcas tienen un eslogan, pero podría sustituirse en este caso por los valores. Se trata de mostrar a los clientes y al público en general qué distingue a una empresa, por qué apuesta y a qué sector quiere pertenecer. En caso de que no se disponga de un eslogan inicial, no es mala idea que tras unos meses o años en el mercado y viendo el nuevo rumbo que toma una empresa, pueda crearse y promocionarse uno. Así, una marca de ropa que quiere virar hacia la moda ecológica, podría definir en este momento un eslogan.
- Página web y redes sociales. Este filón es muy interesante para comunicar los valores y acercarse al cliente de una forma más personal. Una página web y el estilo de la comunicación digital pueden mostrar una empresa seria, minimalista, elegante, creativa, innovadora... Por tanto, el diseño de estos elementos es clave para el éxito.
La ropa de trabajo y su papel en la imagen corporativa
Cuando los empleados de una misma empresa visten de una forma similar, se crea una identidad y una sinergia con los valores de la misma. Es decir, la imagen que se da (tanto entre los propios trabajadores como de cara al público) es que hay una uniformidad en la empresa y que todos los empleados están de acuerdo con la misma. Por ejemplo, si se piensa en un centro de belleza en el que las personas que se encargan de hacer los tratamientos tienen una buena piel, utilizan una ropa neutra pero favorecedora, se estará dando una imagen corporativa muy interesante de cara a la tranquilidad y a la importancia del cuidado.
Sin embargo, y a diferencia de lo que sucedía en el pasado y sucede actualmente en algunas empresas, no se recomienda que esta vestimenta sea impuesta desde los mandos superiores. Es decir, consultar con los trabajadores y comunicarles en todo momento el porqué de las decisiones que se toman es más que recomendable para que estén satisfechos. Así, cuando se decida establecer un nuevo cambio en los uniformes o en la vestimenta de la empresa, pedir la opinión a los empleados puede ser una buena forma de hacer brainstorming y conocer su opinión . De nada sirve tener trajes que sean perfectamente acordes a la empresa si las personas que lo llevan no están cómodas ni a gusto en ellos.
Por tanto, el primer paso será pensar qué imagen se desea transmitir y con qué estilo y prendas puede conseguirse. Así mismo, después se plantearía a los trabajadores cómo podría hacerse esto con las ideas de la empresa y con sus necesidades, para ver si hay una posibilidad de acuerdo común. Y, siempre que sea posible, permitir la flexibilidad en el código de vestimenta.
Por último, también se recomiendan los días informales o días sin código, en los que los trabajadores podrán escoger al completo con qué ropa vestirse. La semana laboral a veces se hace cuesta arriba y, por eso, son famosos los casual friday para despedirse hasta el lunes. En este caso, los viernes se puede acudir con cualquier ropa que se desee a la empresa para dar un punto de motivación adicional al último día de la semana.
En definitiva, como se ha podido ver, la imagen corporativa de las empresas depende entre otras cuestiones del código de vestimenta de sus empleados. Por ello, tener esto en cuenta para mostrar unos u otros valores es una forma muy sencilla de establecer un marketing no intrusivo. Además, los trabajadores que vistan de acuerdo con su empresa estarán más motivados para perseguir los objetivos de esta.